Descripción
La voz, nunca es la síntesis de un recorrido largo que el autor divide en tres bloques. El primero, donde expresa las fuentes de la desazón, el dolor o el miedo. El segundo, que erige a la propia poesía como la cura potencial de dichos males y como salvoconducto hacia un estado de amor y libertad, el cual constituye el tercer y último bloque.
Sentid a matar:
altaneros, beligerantes y alegres…
escribid un testamento de sangre y olvido.
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